El Final de la Inmortalidad

No recuerdo cuanto tiempo habrá pasado. Tampoco me importa. Solo sé que queda poco tiempo para que todo acabe, y en cierta manera lo deseo.
Y ahora, encerrada en una sala sin ningun tipo de ventana, me replanteo mi vida. No puedo quejarme, nací en un seno acomodado para la epoca. Mis padres me quisieron y crecí junto a mis cuatro hermanas felizmente sin inconvenientes excepto los que se tienen de normal entre hermanos.
Y si de algo pude arrepentirme durante mis largos años de vida fué de aceptar el abrazo aquel dia lluvioso en el que yo huia de mi destino para enfrentarme al de los no-muertos. Y supongo, que junto a mi Sire Marcus, ni eso puedo arrepentirme.
Para muchos siempre fuí la niña rica mimada de sus padres, que desechó su matrimonio de conveniencia por miedo, para caer en brazos de su querido nuevo padre Marcus que la acunó y protegio durante decadas de años. Me pregunto ahora, en mi final, ¿que hubiera pasado si aquel dia antes de la boda no hubiera escapado saltando por la ventana del segundo piso de mi habitacion?
Posiblemente hubiera sido una mujer casada, pero nunca llegaria a saber si desdichada o no. Lo que si es seguro es que hubiera tenido hijos, ylos hijos de mis hijos me habrian echo abuela. Y el paso de los años habria consumido mi ahora nacarada y perfecta piel.
Me toco la mejilla para comprobar que no es ninguna mentira lo que mis palabras piensan. No lo son. Esa es la verdad y apenas me quedan dias.. horas para que todo se termine.
Ahora, en el momento que ves como todo se derrumba a tu alrededor y tu sabes que desapareceras para convertirte en polvo,ahora es cuando piensas si hiciste todo lo correcto. Si hiciste sufrir a alguien.. pero supongo que es demasiado tarde para pedir perdon a nadie.
Por unos segundo me planteo cerrando los ojos la visión de mi maravillosa mansión, donde 'viví' mis dias de tranquilidad,unos más tediosos que otros, pero disfrutando de mi inmortalidad. Un hogar, criados, joyas y preciosos vestidos. Todo eso me habia llenado de forma satisfactoria durante todos esos años. Pero solo, hasta que apareció el.

El... ¿Porque me viene a la cabeza? Su cabello oscuro y ondulado, sus ojos castaños con reflejos rojizos, y su sonrisa tranquila y amable. Y sin darme cuenta, estoy sonriendo como una boba. ¿Porque?

Es todo ironico, yo, que habia rechazado el matrimonio al final terminé amando. Pero tal vez, demasiado tarde para disfrutarlo.

Ladeo la cabeza de un lado para otro intentando quitarme la visión que me desgarra por dentro. Lo consigo. Pero solo por unos minutos.
Pasa el tiempo y nada. Todo sigue en calma. Me pregunto si seré capaz de volver a mirar a mi sire a la cara cuando me dirija hacia el juicio final. Solo espero que las piernas no me tiemblen, pero eso , sé , que es demasiado dificil para mi.
Cierro los ojos y dejo pasar el tiempo, y es entonces cuando escucho el sonido de unos pasos que se acercan. No es solo una persona, sino varias , y con brusquedad, abren la puerta que chirria.
Levanto la mirada, y alli hay, cuatro hombres que me custodiaran hasta la sala donde seré juzgada de traición. Pero no me importa, aunque todo termine, yo soy inocente. El más alto se acerca y con brusquedad me levanta del suelo y me aparta del rincón donde estaba. Tengo miedo. Mucho miedo, pero no voy a dejar que la expresión de mi rostro cambie por nada del mundo.
Miro hacia el frente mientras se encargan de ponerme los grilletes en mis delgadas muñecas. No creo que sea necesario, esta vez no escaparé a mi destino. Me vuelven a empujar, sin duda esos Brujah no tienen ninguna clase de modales, todo lo contrario que Edward.
Salgo de la pequeña sala donde he estado encerrada durante dias y veo un largo y estrecho pasillo donde la iluminación del final me deslumbra. Sonrio para mi misma, despues de tanto tiempo , veré la luz por última vez.Comienzo a caminar arrastrada por aquellos grilletes. Tengo sed y estoy cansada, pero eso, ahora, no es el mayor de mis problemas.
El pasillo se me hace interminable, y en su transcurso recuerdo toda mi vida como si fuera una pelicula de cine. Y por fin... la luz de la sala del tribunal me deja cegada. Puedo escuchar la voz de muchos de los presentes. Puedo incluso reconocer alguna voz, pero sin duda, lo que realmente me resuena con fuerza en mi cabeza es la palabra :'traidora' en boca de todos.

Una vez mis ojos se acostumbran a la luz de la sala busco casi con desesperación a mi alrededor, encontrandome con la mirada altiva de la principe, que me mira de ito en ito. No le devuelvo la mirada, busco a otra persona más importante para mi. A su lado me encuentro a Edward, que me mira con dureza, pero no me importa, yo siempre le recordaré caballeroso como lo ha sido conmigo siempre. Quiero disculparme, quiero pedirle perdon por haberle decepcionado, pero un nuevo empujón hace que mi mirada se separé del corpulento hombre para fijarla en..Marcus. Mi vista se ve casi nublada por su simple presencia. Con el rostro endurecido y las facciones tensas intenta apartar la mirada de mi. Le conozco, durante años he aprendido a saber que puede estar pensando en ese momento. Pero esta vez.. he fracasado. Mi rostro no puede aguantar más la indiferencia y se desploma. Quisiera decirle tantas cosas, pero mi voz se ve ahogada por un fuerte nudo en mi garganta que me impide hablar.
Mi visión se ve interrumpida por uno de los hombres que me custodian que me quita los grilletes. Me alegro. Tal vez alguien se haya dado cuenta que quiero que todo termine con orgullo. Siento un gran alivio sin el peso de esas condenadas cadenas. Me llevo una mano a mi muñeca y la froto, una simple molestia que no me importa. Giro mi cabeza buscando entre la multitud de vastagos que hay allí presentes para ver la condena. Y entre las personas encuentro la cabellera morena de mi estimada criada Rosalie. ¿Que hace ahi? ¿Quien la ha traido? Ella me mira, como siempre, sufriendo. Realmente dudo de si las lagrimas que se deslizan por su mejilla dejen verme. Asinto con la cabeza, mis labios no tienen fuerza para curvarse y sonreir por nadie más. Miro a su alrededor sin encontrar a la pequeña Emily. Y me alegro, no quiero que me vea así. Mi mente aparece el rostro aniñado de la pequeña, tan adorable, sin duda la echaré de menos, pero sé que ella me olvidará y me reemplazará como madre, y eso me consuela en cierta manera, porque sé que será feliz.
Rosalie zarandea los brazos intentando decirme algo, pero el murmullo de la gente me lo impide y es entonces cuando le escucho.
-'Ama!'
Sí, es su voz. Nadie sino el se atreveria a llamarme ama. Busco con mi mirada a mi esclavo, sé que no es un sueño cuando le escucho llamarme por segunda vez.
Y tras ladear mi cuerpo por completo le veo atravesar a golpes la multitud mientras se acerca a mi. Sí, es el sin duda, la persona que más ansio ver en mis ultimos momentos. Me separó zafandome de los cuatro hombres y corro hacia el. Solo unos pasos, pués el, me alcanza antes que yo. Le abrazo y el me estrecha entre sus fuertes brazos. Siento como mi cuerpo se debilita y mis piernas se desploman, pero no se nota, porque el me sujeta con firmeza. Encierro mi rostro en su pecho. Siento un liquido recorrer mi mejilla. No... No puede ser. Me llevo una mano a mi cara. No.. yo nunca he llorado, ¿porque ahora?
Es facil, y aunque no lo quiera reconocer, tengo miedo a desaparecer para siempre. El me separa para mirarme. Sé que no esta bien, lo dice su mirada. Coloca sus frias manos en mis mejillas. Va a hablar pues abre la boca, pero no dice nada. Me da igual. No hay que decir nada, y eso me hace feliz.
Puedo notar los pasos de los hombres que se acercan tras mi espalda para volverme a coger de nuevo.No. Quiero escapar, toda mi fuerza de voluntad se ve derrumbada de golpe. Pero no hay salida, no hay escapatoria y todo seria un autentica locura. Solo puedo hacer una cosa.
Me coloco de puntillas de golpe y acerco mis labios a los que Allan mientras cierro los ojos.  Una suave caricia a sus labios, saboreando su tacto . Memorizando cada rincon como si la vida me fuera en ello. Y en cierta manera, asi es. Todo es maravilloso por unos instantes hasta que noto la fuerte mano en mi brazo que me arrebata a Allan de golpe sin piedad. Alargo la mano para agarrar al moreno cuando el viene corriendo hacia mi, pero le cierran el paso sujetandole y tirandole al suelo de rodillas inmovil.
Me arrastran hacia el asiento apartado y allí me encadenan a el para que no pueda escapar. El juez comienza a hablar exponiendo los cargos a los que injustamente me veo obligada a soportar. No me importa. Sus palabras se van alejando de mi mente. Tengo miedo, y eso nadie podria negarlo si se encontrara en mi situación. Muchas preguntas se me cruzan fugazmente por mi cabeza, ¿hice lo correcto durante el tiempo que vivi?
No se porque intento lamentarme, tras mi centenar de años puedo asegura que viví bien, fuí feliz y aprendí a apreciar sentimientos que nunca me habian importado.

El juez me mira para que hable declarandome culpable, pero no será así. Abro los labios y con voz ronca susurro: 'Soy inocente'. Y es evidente que mantendré mi inocencia los minutos, tal vez segundos que me queden de vida. Escucho al publico murmurar, pero la voz del juez resuena con más fuerza declarandome culpable. No es nada nuevo.. je.
Levanto la mirada y recorro la mesa donde se situa la principe, quiero memorizar los rostros por última vez. Quiero mantenerme firme, pero estoy descompuesta por la tristeza, una tristeza que supera muchas barreras. Fijo mi mirada en Marcus, que intenta aguantar la mirada hacia el lugar donde estoy, pero yo puedo ver como cierra los puños bajo la mesa con impotencia. Sonrio para mis adentros.

No, no quiero desaparecer. No quiero ser la chikilla bastarda que traicionó a la Camarilla.

Puedo sentir la tensión en el ambiente que corta el aire como una fria daga. Todos quedan en silencio, un silencio solo interrumpido por los suaves murmullos y los sollozos que a esa distancia puedo escuchar que vienen de Rosalie. La echaré de menos. Espero que tenga una buena vida, pues se la merece. También espero que Emily juegue mucho a piratas, como a ella le gusta. Y todas esas visiones me entretienen cuando observo con mi mirada perdida como preparan mi ejecución.

Todo vuelve a quedar en silencio. Es la hora.

Mis desesperados ojos buscan a Allan por última vez. La persona que quiero memorizar en mis últimos segundos. Le encuentro. No quiero que se golpee con los guardias que le detienen, quiero que me miré. Y así lo hace deteniendose. Vuelvo a abrir mis labios pronunciando un 'te quiero'. Sé que esas palabras no llegaran a sus oidos pues se pierden en el eco de mi garganta. Me siento triste, cuando por fin me armo de valor para decirlas, mi voz me defrauda. Pero se que el me escuchará, sé que el lo sabe de sobra. Mantengo mi mirada perdiendome en sus rojizos ojos cuando percibo como entra la luz que recae sobre mi. Siento un horrible y agonizante dolor y aferro mis manos a mi asiento. No. No quiero que esto termine!. No quiero desaparecer.
Me retuerzo presa del dolor, quiero levantarme y huir, pero las cadenas me sujetan con firmeza. Todo me quema, y puedo notar como mi rostro se desencaja del terror. No quiero, pero es irremediable ahogar un grito de suplica. Ahora es cuando maldigo mi fortaleza, ¿porque? Mi final se hace de esperar, un final agonizante mientras noto que mi piel comienza a quemarse, siento que me desfiguro y que pronto seré cenizas. La angustia es tan fuerte que quiero que todo termine ya.
Alzo mi mirada hacia arriba, mis ojos me arden, pero disfrutaré por última vez de la luz del sol.
'Claude, Claude' Alguien me llama. No, no es la voz de Allan, tampoco de Marcus, y mucho menos la de Emily. Pero si que guarda bastante parecido en su entonación con la última.
Abro los ojos cegada por la luz del sol que entra a través de la ventana de mi habitación. Cuando mis ojos se acostumbra, veo el rostro aniñado de mi hermana pequeña que me mira con sus grandes y expresivos ojos azules.
'Vamos Claude, es tu cumpleaños”Me insiste intentando levantarme. Miró mis pies cuando salgo de mi cama con mi camison blanco. Y despues mis manos. Mi piel tiene un ligero color rosado.
'No todos los dias se cumple diecinueve años”  La voz de mi hermana mayor  desde la puerta de madera de mi habitación me mira con los brazos cruzados. Detras estan mis dos restantes hermanas. Todas ellas me sonrien, cada una a su manera. Diecinueve años.. con esa edad fuí abrazada por Marcus.
'Venga, todos abajo!” Escucho la voz de mi madre cuando aparece en escena. Un cálido sentimiento me recorre todo el pecho. La he echado tanto de menos. Mi madre decide echar a todas fuera de mi habitación. 'Dejad que Claude se vista'
Las observo a todas, estoy soñando, verdad?
Mi madre se dispone a cerrar la puerta habiendo depositado antes un bonito vestido de color verde esmeralda sobre la cama. Me mira cuando kedan unos palmos para cerrarla.
'Date prisa, tu prometido Allan esta abajo esperandote' Escucho el cerrar de su puerta y cierro los ojos mientras mis labios se curvan en una dulce sonrisa. Por fin, todo ha terminado.